Una y otra vez el Antiguo Testamento distingue (pero nunca separa) los Diez Mandamientos del resto de las leyes de Dios. (Éxodo 34:28; Deut. 10:4; y Deut. 4:13–14): Luego os declaró Su pacto, el cual os ordenó guardar, es decir, los Diez Mandamientos; y las escribió en dos tablas de piedra. Y el Señor me mandó en aquel tiempo que os enseñara estatutos y derechos, para que los cumplieseis en la tierra adonde vais para poseerla.
Cabe señalar lo que Moisés, inspirado por el Espíritu Santo, recibió del Señor y dio al pueblo del convenio: (1) Los Diez Mandamientos; y (2) Estatutos y juicios que enseñarían al pueblo de Dios cómo aplicar los Diez Mandamientos en su vida diaria. Estos estatutos y juicios, comúnmente llamados “jurisprudencia”, son inseparables de los Diez Mandamientos, siendo aplicaciones prácticas del Decálogo a la vida del pueblo de Dios.
Los Diez Mandamientos establecen los principios básicos; la jurisprudencia, los proverbios, las exhortaciones y las enseñanzas éticas desarrollan las implicaciones de estos principios.
Los Diez Mandamientos no son la extensión de los requisitos de Dios para Su pueblo, sino que comprenden sumariamente la ley moral de Dios. Son los principios morales amplios y generales que son fundamentales para todos los requisitos éticos, dichos, exhortaciones y enseñanzas de Dios que se encuentran en la Biblia. La ética bíblica está construida sobre este sólido fundamento de diez absolutos morales que son universalmente verdaderos y de autoridad divina en todas las situaciones y todas las decisiones por toda la eternidad. Aquí, entonces, están los Diez Mandamientos, un resumen de la enseñanza divina sobre lo que debemos hacer para que toda nuestra vida sea agradable a Dios. Son la verdadera fuente de la que deben brotar todas las buenas obras, el verdadero canal a través del cual deben fluir todas las buenas obras. Fuera de estos Diez Mandamientos, ninguna acción, ninguna conducta puede ser buena o agradable a Dios, por grande o preciosa que sea a los ojos del mundo.
Cristianismo Auténtico; Joe Morecraft III