Evangelismo: prioridades personales, prioridades de la iglesia y cajas de zapatos


En una cultura de evangelización saludable está claro que la responsabilidad individual y la de la iglesia son diferentes: algo que tendrías que hacer personalmente para evangelizar puede no ser lo mejor para la iglesia en su conjunto.

Aquí hay un ejemplo para explicar mi pensamiento.
El pastor Jacky es un amigo mío que trabaja en una iglesia de lengua china en Dubai. Ha realizado un trabajo extraordinario entre los chinos más necesitados que llegan a la ciudad como trabajadores. Un año, cerca de Navidad, unos occidentales de buen corazón tuvieron la idea de repartir cajas de zapatos entre los trabajadores agrícolas. Permítanme empezar diciendo que esto no tiene nada de malo. Por ello, las familias de las distintas iglesias de Dubai colocaron jabón y toallitas, algo de colonia, peines y un par de artículos de cuidado personal junto con algunas prendas de vestir dentro de cajas de zapatos. Agregaron folletos con actividades de la iglesia en el interior y envolvieron las cajas con lazos navideños.

Una vez más lo repito: ¡no pasa nada! Se reclutó gente y – aquí está la sorpresa – todas las cajas fueron entregadas al Pastor Jacky…

Recuerdo pasar por su oficina y no poder entrar por la puerta debido a todas las cajas de zapatos, del piso al techo. Dejando de lado las preguntas sobre la base bíblica de este evangelismo y si fue realmente efectivo o no, y dejando de lado las preguntas sobre los efectos a largo plazo, la raíz del problema fue que Jacky ya no tenía tiempo para preparar su sermón.

Jacky, el pastor de esa iglesia, no pudo encontrarse con las personas que querían hablarle de Jesús, no pudo cumplir con su ministerio y equipar a los miembros de la iglesia, porque la gente no entendía que su papel era salir y evangelizar mientras que el de Jacky ser pastor, predicar y orar. La gente había cambiado su papel en la iglesia por el papel de la iglesia.

Ahora, digamos que el ministerio de la caja de zapatos hizo lo mejor que pudo y la gente comenzó a asistir a la iglesia china: ¿qué tipo de iglesia espera que encuentren? ¿Una iglesia saludable donde el Evangelio se escucha en la predicación de la Palabra, donde los miembros de la iglesia son educados y comprometidos en la evangelización, donde el Evangelio se pone en práctica a través del bautismo y la Cena del Señor? ¿O una iglesia “enferma”, donde los líderes pasaban todo su tiempo entregando cajas de zapatos?

Si el pastor Jacky hubiera pasado todo su tiempo entregando cajas y no haciendo el trabajo que se le asignó, que era nutrir y liderar una iglesia saludable, habría dejado a la iglesia en la incertidumbre.

Este concepto es cierto no sólo para Jacky, sino también para cualquier anciano de la iglesia. Los miembros son libres de hacer muchas otras cosas, pero deben tener cuidado de apoyar al liderazgo para que la iglesia continúe avanzando en la dirección correcta.

Los creyentes de Dubai, aunque bien intencionados, no han distinguido en absoluto la responsabilidad de la Iglesia de la suya propia; creían que la iglesia debía evangelizar a los trabajadores de la misma manera que ellos lo hacían, pero al hacerlo, en realidad subvirtieron a la iglesia.

Podemos encontrar un ejemplo bíblico de este tipo de problema en Hechos 6, donde leemos que las viudas griegas eran excluidas de la distribución diaria de alimentos de la iglesia primitiva.

Se cree que las viudas judías recibían la comida porque tenían conexiones que las viudas griegas no tenían. De todos modos, esta situación necesitaba atención, por lo que los apóstoles pidieron a los miembros de la iglesia interesados ​​que identificaran a siete hombres piadosos para manejar el problema. Todos estos hombres eran griegos, como lo demuestran sus nombres, para asegurar el fin de cualquier favoritismo o discriminación. Observemos, sin embargo, que los apóstoles se hicieron cargo de este problema diciendo: “No nos conviene, habiendo dejado la palabra de Dios, servir a la mesa. Por tanto, hermanos, buscad entre vosotros siete hombres de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encomendemos esta tarea. Pero seguiremos dedicándonos a la oración y al ministerio de la palabra».

Entonces, los miembros individuales de la iglesia fueron llamados a dar un paso adelante y resolver un problema para proteger el ministerio principal de los líderes de la iglesia: el ministerio de la Palabra y la oración.

Los miembros de la iglesia deben comprender las prioridades que guardaban los apóstoles. Si bien hay muchas cosas importantes que la iglesia puede hacer –cosas importantes como alimentar a las viudas– nada debe subvertir el llamado principal de la iglesia: predicar la Palabra.

Tanto los miembros de la iglesia como los pastores deben unirse y proteger este llamado único y primario.

Este artículo es un extracto del libro EVANGELIZACIÓN de Mack Stiles,
publicado por Coram Deo y disponible en nuestro sitio web.

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Andrea Artioli


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