El desafío cultural
Hoy en día la gente quiere ser comprensiva. Todos queremos ser justos. De hecho, creemos que la única manera de cometer un error es pensar que alguien de alguna manera podría estar equivocado en algo. Por eso, cuando hablamos de religión decimos: “Todos los caminos conducen a Dios. No existe un solo camino correcto. Lo correcto en lo que creer es lo que es bueno para ti».
¿Pero es esto lo que también dice la Biblia?
La respuesta corta
En Hechos 4:12 Pedro dice: “En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en el que podamos ser salvos”.
Una respuesta un poco más larga
La fe en Cristo es la única manera de ser salvo porque sólo a través de la fe en Cristo podemos ser considerados justos a los ojos de Dios: “Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley, porque ninguna carne será justificada por la ley” (Gálatas 2:16).
Sólo a través de la fe en Cristo podemos reconciliarnos con Dios (“9 Mucho más pues, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si mientras éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora, una vez reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación”, Rom 5:9-11). Sólo a través de la fe en Cristo podemos recibir la vida eterna (“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no perezca, sino que tenga vida eterna”, Juan 3:16). Jesús es el único mediador entre Dios y el hombre (“Hay de hecho un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús el hombre”, I Tim. 2:5).
Sinceramente comprensiva
Si bien hoy en día muchas personas pueden encontrar este mensaje intolerablemente selectivo, debemos guiarlos y dirigirlos hacia la inclusión radical y la amplitud del evangelio. El evangelio equipara a todas las personas como pecadores y ofrece perdón y vida eterna a todos los que se alejan de su pecado y confían en Cristo. No importa lo bueno o malo que fuiste. No importa de dónde vienes ni de qué origen religioso vienes. Si te arrepientes de tu pecado y crees en Cristo serás salvo.
Traducción de Merlini Elena
Temas: Evangelización, Predicación, Teología
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Andrea Artioli