Los Derechos Humanos y la Palabra de Dios – La Pena de Muerte


La perspectiva bíblica no se limita a afirmar el carácter del hombre como criatura. Él, según la enseñanza bíblica, fue creado a imagen y semejanza de Dios. La ideología de los derechos humanos considera al hombre en sí mismo, sin una relación que lo vincule irreductiblemente al Creador, cuya imagen refleja su naturaleza. Esta concepción autónoma del hombre no puede disminuir el carácter sagrado de la vida humana. Por eso, en nombre de los derechos humanos (¡y de las mujeres!) se practica el aborto y la eutanasia. La noción bíblica del hombre creado a imagen divina implica una protección especial en relación con el hombre —incluso esclavo o extranjero— establecida en la alianza con Noé: el hombre asesinado será vengado por el hombre, instituyéndose así la pena de muerte por homicidio. El hombre asesinado por el hombre será vengado por el hombre. Las disposiciones de la ley mosaica solo confirman y matizan legalmente el mandamiento. La institución divina de la pena de muerte manifiesta el carácter sagrado del hombre -imagen divina- que lo diferencia de los animales que no gozan, en modo alguno, de la misma protección. Los derechos humanos, al tiempo que pretenden dar un carácter absoluto al derecho a la vida, evitando la pena de muerte, extienden este derecho, sin diferenciación alguna, incluso a los peores criminales. Pero, además, los defensores de los derechos humanos establecen curiosas excepciones a este derecho universal —embriones no deseados y ancianos—, aboliendo legalmente la protección divina (y legal) de la vida humana inocente. Al abolir la pena de muerte, se establece la superioridad legal, de hecho, del asesino sobre su víctima. Los derechos humanos resultan en un caos legal.

📖 Una Religión Sin Dios. Los Derechos Humanos y la Palabra de Dios.

Por Jean-Marc Berthoud. Editorial Monergismo.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *