En palabras del Catecismo Menor, el pecado es cualquier falta de conformidad o transgresión de la ley de Dios. Si no hubiera ley divina, no habría pecado ni virtud. Esto se puede ver muy claramente en el mandamiento para Adán de no comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Sólo el mandato de Dios hizo que comer del fruto fuera un pecado. Esto también se puede ver en el mandamiento de Abraham de sacrificar a Isaac. Solo el mandato de Dios hizo correcto el sacrificio, y Abraham se apresuró a obedecer. Por extraño que pueda parecer a los oyentes modernos, acostumbrados a escuchar tanto sobre el derecho a la vida, o el derecho a una vivienda digna, o el derecho a elegir, la Biblia dice que no hay un bien o un mal natural. Sólo los mandamientos de Dios hacen que algunas cosas sean buenas y otras malas… Lo que hace que el asesinato sea malo no es un supuesto derecho (natural o inalienable) a la vida, sino el mandato de Dios mismo.
La única base lógica para la ética son los mandamientos revelados de Dios. Nos dan no solo las distinciones entre el bien y el mal, sino también instrucciones detalladas y ejemplos prácticos del bien y del mal.
John W. Robbins sobre la filosofía de Gordon H. Clark.